Buscando A Audrey - Sophie Kinsella

Título: Buscando A Audrey.
Título Original: Finding Audrey.
Saga: Autoconclusivo.
Autora: Sophie Kinsella.
Editorial: Ediciones Urano - Puck.
Colección: Serendipia.
Fecha de Publicación: 09 de Julio de 2016.
ISBN: 9788496886513
N° de Páginas: 288
Goodreads

Sinopsis: A veces el mero hecho de salir de casa puede representar un enorme desafío… Desde que sufrió un terrible episodio de acoso en la escuela, Audrey, de catorce años, se niega a dar un paso fuera de su hogar o a relacionarse con nadie que no sea de su familia. Las gafas oscuras y la capucha de la sudadera se han convertido en sus mejores aliadas. Hasta que conoce a Linus, un compañero de videojuegos de su hermano mayor. Y experimenta una fuerte conexión que despierta en Audrey el intenso deseo de salir de su caparazón… Un largo viaje acaba de empezar. Por suerte para ella, Audrey no tendrá que emprenderlo en solitario. Cuenta con la inteligencia de su psicoterapeuta, con el cariño de su familia, con el ingenio y el humor de Linus. Pero, por encima de todo, cuenta consigo misma. 

Gracias a Ediciones Urano por el ejemplar para esta reseña.

Opinión Personal:

Este libro me ha sorprendido en demasía. Con anterioridad no había leído a la autora a pesar de que en mi librero tengo el primer libro de la serie “Loca Por Las Compras” pero la verdad es que me ha cautivado con su narración, su creación de personajes y ambientaciones. Si debo de ser sincera no esperaba muchísimo de este libro y el que haya terminado sorprendiéndome es fenomenal.

Audrey es una chica que ha sufrido Bullying por parte de sus compañeras a tal grado que la han sumergido en una fuerte depresión, ha sido diagnosticada con fobia social, trastorno de ansiedad generalizada y episodios depresivos. Sus padres después de percatarse de lo que sucedía decidieron internarla en un hospital mental para ayudarla además de sacarla de la escuela donde sufría dichos ataques. Ahora se encuentra en casa sin poder salir o hablar con algún extraño, además de que todo el tiempo usa sus gafas oscuras pues le es imposible hacer contacto visual con otra persona incluso con los miembros de su familia. Sarah, la doctora que atiende a Audrey suele impulsarla a que cada vez en pasos pequeños rompa esa zona de confort que ha ido construyendo, así que le da como tarea hacer un documental de su vida pues quizás por medio de una lente de cámara sea capaz de interactuar más con las personas. Pero su depresión e inseguridades no serán lo único a lo que tenga que enfrentarse, la obsesión de uno de sus dos hermanos, Frank, con los videojuegos hará que ponga de cabeza su hogar pues su madre piensa que es una adicción realmente insana. Al tiempo que conocerá a Linus, un integrante del equipo de videojuegos de Frank, quien poco a poco la ayudara a vencer todos sus miedos, aunque no todo salga de la forma que ellos desearían.

Es imposible describir lo mucho que me identifique con Audrey en la mayoría de las veces. Con las primeras páginas del libro pude darme cuenta de lo mucho que amaría este libro, la verdad es que posee un hermosa historia.

En un principio al haber leído que era un tipo de libro de autoayuda pensé que sería el clásico libro que te da puntos o charlas motivacionales para salir adelante, nunca me imaginé que fuera una historia tan divertida pero con momentos serios que forman parte de la temática que trata. Y quizás haya sido ese punto lo que más me gusto de la autora, que pudo haber realizado un libro algo depresivo y medio sombrío y en su lugar tomo la decisión de hacer algo divertido con toques realistas que te hacen darte cuenta de las fuertes consecuencias que puede tener el bullying cuando no se es tomado en serio.

La portada es magnífica creo que resume por completo la esencia del libro, el cómo Audrey busca ser prácticamente invisible para que sus alertas de ansiedad no se disparen en la presencia de un extraño. Sí, es un libro de superación que te permite ver poco a poco como Audrey va superando cada uno de sus temores y buscando curarse debido a que en cierto punto se siente un tanto débil al no poder ser “normal” e igual que las demás personas por las fobias que la atormentan.

Audrey me encanto desde un principio, el hecho de que el libro este narrado desde su perspectiva creo que lo hace más interesante, además de como dije anteriormente me sentí muy identificada con ella y le tome cariño a pesar de que al final comenzó a decaer un poco en cuanto a mi agrado. Me gusto la forma en que la autora logra combinar la perspectiva de Audrey a la vez de describirnos el documental que nuestra protagonista realiza como parte de su terapia, creo que es una muy buena idea juntar ambas visiones.

En cuanto a los demás personajes Frank es mi preferido a pesar de ser clasificado como un adicto a los videojuegos, ame su personalidad y su sentido del humor y que decir de esa lealtad que tiene con su hermana, Félix el hermano más pequeño de cuatro años me pareció sumamente adorable, era puro amor y ternura. Los padres de Audrey se me hicieron fenomenales, porque a pesar de que podrían ser un poco “estrictos” eran tan buenos padres que bien a Audrey podría envidiársele este aspecto, tener unos padres tan sensacionales. Linus es un chico súper positivo que siempre busca sacar de esa depresión a Audrey, un chico maduro con el que estuve de acuerdo la mayoría de las veces, además de que es muy tierno y gracioso. Y Audrey es súper fuerte, a pesar de que podría parecer lo contrario, creo que es una chica con muchos deseos de salir adelante y eso es bastante admirable. 

“He notado a menudo que la gente cree que “tener sentido del humor” equivale a “ser un  cretino insensible””.

“El conocimiento es poder”.

“Allí donde hay gritos, no hay verdadero conocimiento”.

“Episodios. Como si la depresión fuera una serie con puntazo en cada capítulo. O un disco duro cargado con pelis de suspense. Pero el único suspense de mi vida es cuando saldré de esta mierda. Y os aseguro que es bastante monótono”.

“El problema es que la depresión no tiene síntomas visibles como granos o fiebre, así que al principio no te das cuenta. Sigues diciéndole a la gente que estas bien cuando en realidad no lo estas. Crees que deberías estarlo, y te dices continuamente a ti misma “¿Por qué no estoy bien?””.

“Si queréis que os diga la verdad, creo que la mayoría de la gente infravalora los ojos. Para empezar, son muy potentes. Tienen alcance. Enfocas la mirada en una persona que está a treinta metros de distancia, entre un montón de gente, y esa persona se da cuenta de que la estas mirando.  ¿Qué parte de la anatomía humana puede hacer eso? Es prácticamente un poder paranormal, eso es lo que es.

Pero además es que son como torbellinos. Son infinitos. Miras a alguien directamente a los ojos y puede sorberte el alma en un nanosegundo. O por lo menos eso parece. Los ojos de los demás son insondables, y eso es lo que me asusta”.

“Un consejo para los profesores que lean esto (o sea, ninguno, posiblemente): intentad no exhibir a la chica que se  asusta cuando alguien la mira. Porque no ayuda nada”.

“No hace falta que nos hagamos confesiones. Es otra cosa que he aprendido en terapia: que no pasa nada por ser reservado. Por decir que no. O por decir: “No voy a contar eso””.

“Cada vez que te quedas paralizado de miedo, es tu cerebro reptiliano, que ha tomado el control. Lo llaman así, “cerebro reptiliano”, porque lo tenemos desde siempre, hasta cuando éramos reptiles, según dicen. Es como muy prehistórico. Y muy difícil de controlar. Bueno, todas las partes del cerebro son difíciles de controlar, es verdad, pero el cerebro reptiliano es la peor. Básicamente, le dice a tu cuerpo como reaccionar mediante señales químicas y eléctricas. No espera a tener pruebas, y tampoco piensa: solo tiene instintos. Tu cerebro reptiliano es absolutamente irracional e ilógico. Lo único que quiere es protegerte. Luchar, huir o paralizarte”.

“Pero no va a durar siempre. Estarás a oscuras el tiempo que haga falta y luego saldrás”.

“Lo malo de mamá es que no sabe de lo que habla. No lo digo en el mal sentido. Les pasa a todos los adultos. Son unos perfectos ignorantes, pero están al mando. Es de locos. Los padres controlan todo lo que tenga que ver con la tecnología en el hogar, el tiempo de exposición a la pantalla o las horas de conexión a las redes sociales, pero cuando se estropea el ordenador  son como bebés: “¿Qué le ha pasado a mi documento?”, “No puedo entrar en Facebook”, “¿Cómo subo una fotografía?”, “Que haga doble clic ¿Dónde?”, “¿Qué quieres decir con eso?”

Y nosotros tenemos que sacarles las castañas del fuego”.

“No tenemos por qué desvelar nuestro yo, solía decir cada semana. Tenemos derecho a la intimidad. No tenéis porque compartirlo todo con los demás, aunque os lo pidan con insistencia. Fotografías, fantasías, planes para el fin de semana… Son vuestros”.

“Tengo la sensación de estar saliendo lentamente de la niebla y fijándome en cosas en las que antes no me fijaba. Lo que me dijo la doctora Sarah es cierto: cuando estas enferma, te obsesionas contigo misma. No ves nada de lo que sucede a tu alrededor”.

“Cuando me recupere. Bueno, entonces… Recuperarme esta en mi mano”.

“Todos tenemos derecho a nuestra intimidad”.

“Piensas demasiado. Ese es tu problema. Deja de pensar de una vez”.

“Decía que hay que ser fuerte para liberarse del maltrato y los abusos y no compararse constantemente con personas toxicas. Mantenerse firme y fuerte como un árbol robusto y saludable, y no ser un arbolillo enclenque, una víctima co-dependiente siempre a punto de derrumbarse”.

“La vida es muy corta –añade papá con firmeza- Hay que pasar página”.

“Pero, Audrey, la vida es así: todos tenemos graficas con altibajos. Yo los tengo. Un trecho arriba, un trecho abajo. Así es la vida”.

“He estado dándole muchas vueltas a todo esto y creo que mamá tenía razón en lo de los altibajos de las gráficas. Todos los tenemos. Hasta Frank. Hasta mamá. Incluso Félix. Creo que lo que he descubierto es que la vida consiste en escalar una pendiente, y en resbalar por una cuesta, y en volver a levantarse y seguir adelante. Y que da igual que resbales un poco hacia abajo, siempre y cuando te dirijas más o menos hacia arriba. Es lo único que puedes esperar. Ir más o menos hacia arriba”.

Solo le encuentro dos “puntos malos” al libro, el primero es no conocer a fondo el pasado de Audrey, digo, no es que sea cruel y quiera saber detalle a detalle lo que llevo a nuestra protagonista a dicha depresión pero creo que si hubiera agregado un poco más al libro el ver lo que Audrey sufrió por parte de sus compañeras, porque después de todo es como una forma de ignorar lo que sucede y creo que el bullying ya se ha ignorado lo suficiente como para causar el daño que causa en la actualidad. Otro punto es que me hubiera gustado que Audrey saliera de su caparazón un poco más por ella misma que por Linus, está muy bien la ayuda que recibe de él pero creo que tenía más cosas a sus alcance para salir adelante antes de conocer a  Linus, como por ejemplo la preocupación y el amor de su familia para con ella. Para mí, personalmente decayó un poco al final o quizás fue lo rápido que pasó todo en el desenlace lo que no me permitió darla la máxima calificación a esta historia. Aun así con esos pequeños detalles es un libro que he amado y que creo se convertirá en uno de mis preferidos.

Veredicto:

Un libro ampliamente recomendable, aunque es corto creo que es igual de divertido y disfrutable a partes iguales. Con un gran mensaje, aunque podría tacharse de bastante juvenil yo creo que cualquier persona sin importar la edad puede disfrutar de esta historia tan maravillosa.  

Sobre la escritora:

Es el pseudónimo que utiliza la escritora británica Madeleine Wickham para firmar algunas de sus obras, entre ellas la popular serie «Loca por las compras». Nació en Londres en 1969 y escribió su primera novela con solo veinticuatro años. Desde entonces se ha convertido en un éxito de ventas, tanto con las novelas escritas bajo pseudónimo como las que publica con su nombre real.

Summer